Acudir a Llanes año tras año es algo ya tradicional para los que nos gusta este deporte. Pasar un día en la localidad llanisca disfrutando del espectáculo que supone ver una prueba del Nacional de Rallies y poder a la vez disfrutar de un buen cachopo al mediodía para reponer fuerzas, es algo siempre agradable.
Es agradable disfrutar de los paisajes que nuestra vecina Llanes nos ofrece, y son muchas las cosas que cada año podemos vivir el día del rally en esta bonita localidad asturiana. Sin embargo, este año me traigo para casa el abrazo que pude dar a Luis Rivaya. Una alegría el volverle a ver junto a su cámara haciendo lo que más le gusta: grabar carreras y disfrutar de ellas a través de su cámara. Allí estaba, en primera fila en la entrega de trofeos “custodiado” por Jenny y su inseparable Juankar. Cuidárnoslo bien, que se recupere al cien por cien lo antes posible y que todos podamos seguir disfrutando de su amistad.