Emocionada y agradecida por la excepcional acogida que la afición sudamericana ha dispensado a los participantes del Dakar en general, y a ella muy en particular, Cristina Gutiérrez ha querido aprovechar la jornada suspendida de hoy para solidarizarse con la población de la provincia de Jujuy, en Argentina, tras el desprendimiento de tierras que el martes perturbó su vida cotidiana. “Nos sentimos muy próximos todos a la población afectada, que nos había dado un recibimiento increíble”, confiesa.
“Está claro que el Dakar es el evento nacional aquí, y lo que ha pasado es una situación muy dura que nadie merece. Es un palo que no olvidarán, pero ojalá el Dakar vuelva y ellos vuelvan a ser felices”, es el deseo de la piloto burgalesa. “No sé hasta qué punto el Dakar puede ayudar, pero rezaremos por ellos como medio para ofrecerles todo nuestro apoyo”, añade.
Cristina y su copiloto Pedro López han llegado a Salta, el lugar del campamento de la octava etapa, esta mañana a primera hora. Por la tarde, el Mitsubishi de DKR Raid Service ha emprendido el camino hacia Chilecito, punto de destino de la novena etapa. Como no podía ser de otro modo, la organización había suspendido ya anoche el recorrido competitivo previsto para hoy, para intentar reagrupar la carrera en Chilecito y reanudar la competición el jueves.
La joven odontóloga también quiere romper una lanza por la organización. “La organización está reaccionando muy bien. Todo lo que se ha tenido que anular está bien anulado, porque la seguridad es lo primero. Está siendo un Dakar extremadamente duro a nivel meteorológico. Hay mucha variación de un día para otro, y en estas condiciones la anulación de etapas no es culpa de nadie”, razona.
De momento, desde el pasado viernes los temporales han provocado la anulación de un 42% de los kilómetros cronometrados previstos en este Dakar, incluyendo los 406 km de la especial entre Salta y Chilecito que hoy no se ha disputado. Para Cristina, debutante en el Dakar, el dato tiene dos lecturas. “Por un lado, como piloto que soy, me gustaría hacer más kilómetros, todos los que pudiera, porque estamos aquí para eso. Ahora bien, si las condiciones no lo permiten tampoco me voy a quejar”, valora, consciente de que las inevitables suspensiones de etapas ofrecen a pilotos y mecánicas más tiempo para descansar y rehacerse. En un Dakar en el que “puede pasar cualquier cosa”, todos los pasos hacia la meta de Buenos Aires cuentan.
Si los planes de la organización llegan a buen puerto, el Dakar se reanudará mañana jueves con la antepenúltima etapa, entre Chilecito y San Juan, de 751 kilómetros. A Cristina le esperará allí la última especial realmente larga, con 449 kilómetros cronometrados (la más larga de la prueba, teniendo en cuenta las anulaciones producidas). La joven piloto afrontará casi el último reto del Dakar “con las pilas cargadas”, el ánimo sereno y la motivación “intacta”